La transformación digital y la virtud en el trabajo

El artículo titulado «Can Digitally Transformed Work Be Virtuous?« de Alejo José G. Sison examina si el trabajo transformado digitalmente puede ser virtuoso y en qué condiciones. Desde una perspectiva ética centrada en el actor, utiliza un marco basado en el neo-aristotelismo, la enseñanza social católica y las ideas de Alasdair MacIntyre sobre las virtudes. Sison analiza cómo la tecnología afecta el trabajo humano, equilibrando los beneficios (como la eficiencia y flexibilidad) y los riesgos (como la explotación y precariedad). El artículo destaca cinco principios fundamentales que deben guiar el trabajo transformado digitalmente hacia la virtud.

Introducción: La transformación digital y la virtud en el trabajo

Con el auge de la transformación digital, una pregunta crucial es si este nuevo entorno laboral puede ser virtuoso, es decir, si puede contribuir al florecimiento humano. Sison evita tanto el determinismo tecnológico utópico (que ve la tecnología como inherentemente positiva) como el distópico (que la percibe como una amenaza). En cambio, parte de la premisa de que los seres humanos, a través de su libre albedrío y agencia moral, son los actores principales que moldean cómo las tecnologías impactan en el trabajo. El marco ético que utiliza se basa en tradiciones filosóficas como el neo-aristotelismo y la enseñanza social católica, que ofrecen criterios claros para evaluar si el trabajo transformado digitalmente promueve o no la virtud.

Dos perspectivas sobre el trabajo transformado digitalmente

Sison presenta dos grandes posturas en el debate sobre el trabajo digital. Por un lado, los tecno-pesimistas temen que la transformación digital erosione la dignidad del trabajo al crear un «algocracia» donde los algoritmos gobiernan el trabajo humano, con consecuencias como la precariedad laboral, salarios bajos y la desvalorización del trabajo humano. Según esta visión, el trabajo transformado digitalmente no puede ser virtuoso debido a las condiciones de explotación y exclusión.

Por otro lado, los tecno-optimistas ven el trabajo digital como una oportunidad para aumentar la libertad, la autonomía y el talento individual. Defienden que la tecnología puede empoderar a las personas, proporcionándoles flexibilidad, mayores oportunidades de aprendizaje y nuevas formas de obtener ingresos, como se evidenció durante la pandemia de COVID-19 con el auge del teletrabajo.

Enfoque ético centrado en el actor: Cómo hacer virtuoso el trabajo digital

El enfoque de Sison propone un análisis ético centrado en el actor, donde se considera no solo el impacto tecnológico, sino también la organización y los contextos externos en los que se desarrollan las actividades laborales digitalmente transformadas. Es aquí donde surge la ambivalencia: por un lado, la tecnología puede mejorar la eficiencia y los beneficios, pero, por otro, puede generar exclusión y dependencia.

Principios para un trabajo digital virtuoso

Sison establece cinco principios fundamentales que deben guiar el trabajo transformado digitalmente hacia la virtud:

  1. Tecnología al servicio del florecimiento humano: La tecnología debe ser utilizada para aumentar las capacidades humanas y facilitar el trabajo, en lugar de reemplazar a los seres humanos o disminuir su agencia. Debe ser una herramienta que libere tiempo y energía, permitiendo que los seres humanos se centren en tareas más significativas.
  2. Primacía de la dimensión subjetiva sobre la objetiva: Aunque la tecnología puede optimizar el trabajo, la verdadera virtud proviene de cómo los seres humanos adquieren conocimientos, habilidades, actitudes y virtudes a través de su trabajo. La dignidad del trabajador debe estar por encima de la eficiencia tecnológica o los beneficios económicos.
  3. Trabajo como derecho y deber: El trabajo es una actividad humana esencial que contribuye tanto al desarrollo personal como al bien común. La transformación digital no debe excluir a aquellos con menos habilidades digitales o cognitivas, sino que debe garantizar oportunidades para que todos puedan participar y florecer.
  4. Trabajo decente para todos: El trabajo transformado digitalmente debe cumplir con el concepto de «trabajo decente», proporcionando seguridad, ingresos justos y condiciones laborales que respeten la dignidad humana. Las empresas, junto con los gobiernos, tienen la responsabilidad de garantizar que el progreso tecnológico no genere desigualdades extremas o explotación laboral.
  5. Colaboración humano-tecnología: La tecnología no debe competir con los humanos, sino complementarlos. El verdadero potencial de la transformación digital radica en la colaboración entre humanos y máquinas, donde la tecnología ayuda a los seres humanos a alcanzar niveles más altos de creatividad, flexibilidad e inteligencia social.

Cómo la transformación digital puede ser virtuosa

La transformación digital, si se gestiona adecuadamente, puede ser virtuosa al aumentar las capacidades humanas y mejorar la calidad del trabajo. Sin embargo, Sison advierte que esto requiere un esfuerzo deliberado por parte de los responsables de la toma de decisiones para garantizar que la tecnología se utilice de manera ética, centrada en el bienestar humano. Esto significa evitar la «automatización excesiva», donde se delegan decisiones morales o de gestión en algoritmos, y promover una cultura de trabajo donde los seres humanos sigan siendo los principales responsables de sus acciones.

Conclusión: Hacia un trabajo transformado digitalmente virtuoso

Aunque la transformación digital presenta desafíos éticos significativos, también ofrece la oportunidad de reimaginar el trabajo de una manera que promueva la virtud y el florecimiento humano. Para lograr esto, es esencial que las organizaciones adopten un enfoque ético centrado en el actor, donde la tecnología se utilice como una herramienta para empoderar a los trabajadores y mejorar sus condiciones, en lugar de deshumanizarlos o explotarlos. La clave para un trabajo transformado digitalmente virtuoso reside en cómo las empresas, los gobiernos y los trabajadores colaboran para mitigar los efectos polarizadores de la tecnología y asegurar que todos puedan participar de manera justa en los beneficios del progreso digital.

Explorar
Arrastrar